Gran algarabía predominó hoy en la Plaza de San Pedro del Vaticano
ante la salida de humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina,
indicio de la elección de un nuevo Papa de la Iglesia católica.
A las 19:05, hora local, la fumata blanca indicó que el Cónclave llegó a
una decisión sobre el sucesor de Benedicto XVI, para lo que se
necesitaba una mayoría de dos tercios de los 115 purpurados con derecho
al voto.
Junto con la salida del humo blanco, las campanas de la
Basílica de San Pedro comenzaron a repicar para recibir al obispo de
Roma, que tras aceptar el ministerio pontificiario pasará a la llamada
sala de las lágrimas para vestirse con sotana blanca y zapatos rojos.
A partir de ese momento se pone en marcha un ritual que culminará con
la salida del nuevo Papa, aproximadamente 45 minutos después de la
elección, quien impartirá la bendición urbi et orbi a la ciudad de Roma y
a todo el mundo.
La elección del nuevo Sumo Pontífice ocurrió
luego de cinco votaciones del Colegio Cardenalicio, el cual comenzó ayer
sus sufragios, cuyo resultado final varios analistas preveían para
mañana.
Unas 10 mil personas se abrazan, lloran, y saludan hacia
donde está el balcón principal engalanado con terciopelo granate y
desde el que el nuevo Vicario de Cristo se asomará para pronunciar sus
primeras palabras.
En ese momento los miembros de la Guardia
Suiza ya se colocan frente al balcón de la Basílica para recibir también
al nuevo líder espiritual del catolicismo, a cuyo servicio estarán
desde hoy.
A pesar del mal tiempo, la multitud llegó desde el
inicio de la tarde y se mantuvo a la espera en la emblemática plaza para
divisar la chimenea de dos metros que sobresale de la Capilla Sixtina.
Tras un infructuoso intento la víspera por elegir al nuevo pontífice,
los purpurados se reunieron esta mañana en la capilla Sixtina y
celebraron dos votaciones que tampoco dieron resultado, por lo que las
papeletas fueron quemadas en una fumata negra, el anuncio de que no hay
Papa.
Durante la tarde se realizaron dos nuevos sufragios, del
segundo de los cuales salió el resultado definitivo, anunciado al mundo
mediante la quema de las papeletas junto a sustancias como clorato de
potasio, lactosa y colofonia, componentes que se añaden para dar lugar a
ese color.
La elección del nuevo obispo de Roma es la primera
que se produce en los últimos 600 años con el Papa anterior aún vivo,
debido a la renuncia de Benedicto XVI el pasado 28 de febrero.
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