miércoles, 26 de diciembre de 2012

Palmar de Junco, verdad histórica


Palmar de Junco, sede del primer juego ofcial de béisbol en Cuba.
Este jueves es un día memorable: pasaron 138 años -27 de diciembre de 1874- de que, en el estadio Palmar de Junco, se escenificara el primer juego oficial de béisbol, el más apasionante de los deportes locales, el de las bolas y los strikes.
Disciplina que, desde entonces, ocupó en su quehacer, entre bates, guantes y bases, a generaciones de peloteros, liderados por Martín Dihígo, considerado el más grande de todos los tiempos, para orgullo de los que viven en la geografía provincial, cuna de El Inmortal.
Más allá de detractores, el mérito resulta incuestionable. Lo afirman millones de palabras orales y escritas de medios de prensa, personalidades y… la realidad.
Entre sus muros se formaron hornadas de peloteros antes y después del triunfo de la Revolución de 1959, exponentes de lo más brillante del pasatiempo nacional del terruño, o de la pelota libre, como la llamara el Comandante en Jefe Fidel Castro, luego de erradicado el profesionalismo en Cuba.

Muchos de quienes allí aprendieron el abecé de la disciplina o, al jugar en sus predios cumplieron las aspiraciones de ascender a la cima nacional, caminan por nuestras calles y sienten orgullo y amor por su Palmar, como cariñosamente lo llaman.
Entre ellos glorias como Fernando y Wilfredo Sánchez, Félix Isasi, Rigoberto Rosique, Gaspar “El Curro” Pérez, Jesús Torriente, Alfredo García, Tomás Soto, Inocente Aparicio, Bárbaro Rosales y el siempre recordado Lino Betancourt.
Pero hay más, el Palmar de Junco es en la actualidad el estadio más antiguo del mundo en activo. En sus terrenos aún se fraguan lanzadores, jugadores de cuadro, jardineros y receptores, desde edades tempranas (primaria escolar) hasta el primer nivel. La historia de esta joya deportiva continúa en ascenso.
Y aunque se detuvo en el tiempo, por diversos criterios,  más tarde que nunca se hará realidad la creación en su sede, por derecho propio, del Salón de la Fama del Béisbol Cubano.
Emocionó entonces que ayer investigadores, historiadores y otras personalidades visitaran sus gradas, césped y terrenos para, en coloquio científico, ahondar sobre la legendaria instalación, orgullo de quienes la veneran. Y hoy, en el juego Matanzas-Mayabeque, se rememorará in situ aquél 27 de diciembre de 1874. 
Nunca perderá la admiración y respeto de aquellos que reconocen su condición de Monumento Nacional y anfitrión del primer juego oficial de pelota en Cuba, hecho tan cierto como nuestra autóctona palma real.

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